Sporting Kansas City: Cambio de sombrero, misma estampida

Nuevo jefe, misma estampida. Sporting Kansas City cayó 2-1 ante FC Cincinnati en el TQL Stadium, demostrando que cambiar al entrenador —ahora con Kerry Zavagnin en el banco— no alcanza cuando el rancho ya estaba en llamas hace rato.

Kévin Denkey fue el forajido de la tarde: primero vacunó al Sporting cazando un rebote en el área (43’), y después los mandó a dormir con una chilena (78’) que debería estar en la sección “NO APTA para defensas frágiles”. Un solo tipo les ganó el partido, mientras los de Zavagnin miraban como si estuvieran haciendo turismo educativo en Cincinnati.

El descuento de Zorhan Bassong al 89’ fue puro maquillaje, como ponerle GPS a un burro: no cambia la historia. Un gol lindo pero absolutamente inservible, como esos descuentos de outlet que te llegan después de haber hipotecado la tarjeta.

¿El problema? El de siempre: este equipo necesita líderes. Gente que ordene la tropa cuando se viene el aluvión, que grite, que se la banque. No alcanza con players buena onda que sacan selfies ni con tácticas importadas de Harvard Business Review.

El interinato de Zavagnin es apenas un cambio de sombrero en este rodeo. Sporting sigue siendo una banda de garage sin guitarra líder, un food truck en medio del desierto con la parrilla prendida pero sin un alma en la fila.

Dato para el espanto: en 10 partidos, Kansas City ganó apenas 2. Una vergüenza en una MLS que te da todo servido como all-inclusive en Cancún.

Y como si todo esto fuera poco, para el próximo fin de semana Sporting prepara su salvación… ¡a puro disfraz!

Sí, amigos: llega la “Star Wars Night” al Children’s Mercy Park. Obi-Wan Kenobi, sables de luz, cosplayers, merchandising galáctico, promesas de otra galaxia.

Pero la dura realidad es que los fanáticos no van al estadio a ver droides ni a sacarse fotos con Darth Vader: van a ver fútbol. A ver goles. A ver un equipo que los represente en la cancha.

Hoy ir a ver a Sporting es como aterrizar en Tatooine: calor, arena, bostezos y la eterna sensación de que el héroe —ese verdadero salvador— ya se tomó el último vuelo interestelar a otra franquicia.

Podrán traer a Yoda, a Chewbacca y a todo el Consejo Jedi si quieren.

Pero mientras no aparezca un Luke Skywalker que baje la pelota de pecho y la clave en el ángulo, lo único que van a conquistar es el premio al cosplay más triste de la MLS.


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