Kansas City volvió a sonreír. Y no con una de esas sonrisas tensas tan vermesinas del “todo va bien, nomás perdimos otra vez pero ya se va armando”, sino con una felicidad futbolera de cinco goles y una demostración ofensiva que parecía sacada de otro equipo, otro planeta o por lo menos otro técnico. Porque, amigos, a partir de hoy hay un nuevo sheriff en el banco: Benny Feilhaber, se graduó de DT del Sporting KC con una victoria histórica 5-3 sobre San José Earthquakes, en lo que algunos ya llaman el evangelio según Benny.
Claro, uno no sabe si esto fue una genuina Pascua de resurrección de Kansas o si los muchachos de San José jugaron bajo los efectos de las celebraciones del 4/20, fecha sagrada en ciertas latitudes californianas. Lo cierto es que el equipo de Kansas, ese que venía con la pólvora mojada, se emocionó como chico con su conejo de chocolate en Pascuas. Y no fue casualidad.
Benny soltó las riendas (y los muchachos respondieron)
Con Feilhaber, todo fue distinto. No más líneas de pase marcadas a cuchillo. No más pressing robótico. Acá hubo libertad. Agresividad. Movimiento. Improvisación. Alegría. El mediocampo dejó de ser una aduana con papeleo tan burocratico como obvio en cada pase, y se transformó en un carnaval.
Sallói, al que bajo Vermes le habían sacado hasta las ganas de patear, se convirtió en el destructor de redes, con dos goles y dos asistencias. Erik Thommy, fue el alemán más contento desde la caída del Muro: marcó y bailó como si estuviera en un Oktoberfest. Hasta el mismísimo Ndenbe se animó a empujar desde el fondo con personalidad.
¿El Vermesismo finalmente ha muerto?
No es cuestión de faltarle el respeto al padre fundador, Peter Vermes, que alguna vez llevó a Kansas al cielo del MLS Cup. Pero no es un misterio que el equipo bajo su tutela estaba tóxico. Estaba duro. Estaba… estresado. Y lo que vimos en el PayPal Park fue un grupo de jugadores liberados. No en el sentido táctico nomás. Liberados del miedo a equivocarse. Regalaron la posesion (una herejia para Vermes) y se dedicaron a los goles en una propuesta lineal, efectiva. Palo y a la bolsa.
Feilhaber no vino a inventar la rueda, solo les sacó el freno de mano. Y de golpe este Sporting, que antes tardaba 17 toques en pasar de la defensa al mediocampo, hoy armó una jugada de gol como la asistencia de Pulskamp (inimaginable en la era Vermes) en 6 segundos para que Saloi la meta adentro en el segundo gol de la noche. si señoras y señores: Dos goles en menos de tres minutos al Equipo de Josef Martinez y Chicho Arango.
Se viene Cincinnati: del paraíso al infierno
Pero cuidado, que esto recién empieza. Y la próxima parada es en el TQL Stadium, contra un FC Cincinnati que no está para hacer favores litúrgicos. Esta semana despacho a Chicago con un 3-2 mostrando que al brasilero Evander hay que controlarlo (dos goles) Cincinatti es un equipo que defiende como si cobrara multa por cada gol recibido, y que te puede vacunar con una contra cuando menos lo esperás.
Benny y sus muchachos tendrán que la proxima semana si esto fue una inspiración celestial o solo un suspiro rebelde en medio del caos. Pero por ahora, el título es: Sporting KC volvió. O al menos, volvió a jugar al fútbol que exigia la aficion.
Y eso, en Kansas City se siente como aquel Huevo de Pascuas gigante que veias de niño en las vidrieras de la panaderia y nunca te compaban.